Sí, hemos visto Zombie Strippers

Cuando escribes un post sobre una película que salió hace más de dos años es porque algo te ha agitado las entrañas. Teniendo en cuenta el desmelene en esta nueva etapa (que se augura definitiva) de este blog, no he podido evitarlo: Zombie Strippers es un Capricho de Mamíferos en toda regla. Para momentos de hambre, de esos en los que da igual lo que haya en la nevera. Por muy malo, precocinado y caducado que esté te sabe a gloria.

La película llegó a mi disco duro gracias a uno de mis gurús intelectuales, Mr. Zobemán, que pese a tener un terrible gusto musical es toda una eminencia en lo que a ocio psicotrópico se refiere. Ya había sentido hablar del film y, sabedor de la cutrez que me esperaba, posponía su visionado una y otra vez. Pero todo llega; el hambre llega. Y con ella la catarsis de dejarse llevar por esta abominación del cine.

Zombie Strippers se puede resumir así: un militar infectado que escapa de un encuentro con zombies llega a un bar de stripteasse, muerde a una jamelga y todas se van conviertiendo en pedazos de carne podrida que se despelotan con mucho talento. Pasan algunas cosillas más alrededor de todo esto, pero no tiene mucha importancia. Esto es pura deathxplotation que reúne en un solo lugar el erotismo más chabacano con el morbo zombie.

Al frente del equipo de strippers tenemos a la actriz porno Jena Jameson que derrama todo su talento como fetiche sexual; el resto de las actrices le van a la zaga y nos obsequian con varias sesiones de despelote que se vuelven revulsivamente hilarantes según se van zombificando. ¡Cuanta tontería junta, cuanta chapucería, que guión más malo! Una especie de malsana desidia cósmica, no obstante, te mantiene enganchado: ahora esas tetazas botando, ahora Robert Englund dilapidando su carrera, ahora una gótica masticando la lengua de un incauto, ahora un tanga que impacta en la pared y resbala en su propio fluído putrefacto... ¿genialidad? ¿basura? Todo depende de las cervezas (o en nuestro caso las copas de vino) que hayas tomado antes.

Os dejo con un vídeo que reúne los mejores 60 segundos de la peli. Ojo que es fuerte:

Debate sobre la realidad editorial rolera a la vista en Radio Telperion




El miércoles 19 de Mayo se emitirá un programa especial en Radio Telperion. Se trata de un debate en directo que tendrá como tema central “Microeditoriales: ¿Pan para hoy y hambre para mañana?”. Durante el programa varias figuras del mundillo del rol charlarán
acerca de esta nueva tendencia de autopublicación que se antoja como el centro del panorama rolero a nivel nacional. Los participantes serán:

  • Jose Tellaetxe, responsable de la editorial Ludotecnia.
  • Zonk PJ, responsable de la editorial Demonio Sonriente.
  • Meroka, responsable de la web que distribuye juegos de rol gratuitamete www.rolgratis.com
  • Avatar, responsable de la web El Opinómetro.

La cosa pinta seria y, en cierto modo, incómoda. A un servidor le gusta hablar mucho sobre rol, pero muy poco sobre lo que hay alrededor del rol. Considero que si en este mercado somos un desastre a nivel editorial, lo somos aún mucho más defendiendo, definiendo y haciendo crítica constructiva sobre la cultura del roleplaying. El amateurismo se ha vuelto crónico desde finales de los 90, y los que han tenido la suerte (amén del talento y los cojones) de profesionalizarse mantienen el rol en un estado de hibernacion, en un vagón de segunda clase, cosa que por otro lado me parece lógica si me pongo en su pellejo empresarial.

Creo sinceramente que ahora es tiempo de actuar, y supongo que eso implica también hablar, ser críticos y proponer soluciones. Sólo espero que no se hable más de lo que se trabaja y que las críticas sean suficientemente constructivas para estimular en lugar de reprimir (y deprimir).

Para acabar, y teniendo en cuenta que un servidor no tendrá la oportunidad de estar presente en dicho debate en directo, me gustaría dejar mi opinión para que no se diga que uno lanza la piedra y esconde la mano. Pienso que si hay una eclosión de las microeditoriales es porque es la manera más sensata de hacerlo. Entender que los juegos de rol es un producto especializado que requiere de un proceso igualmente especializado de desarrollo, edición, distribución y promoción es sólo el primer paso. El resto tiene que ver mucho con la impovisación, a falta de referencias óptimas. Nadie tiene actualmente una buena fórmula, no la busquen. Lo más parecido es traer una licencia que funcione bien en otros países occidentales, editarla con el mínimo riesgo de inversión y rezar para que los españolitos se rasquen el bolsillo. Hay excepciones, cierto, pero las excepciones, en este caso, confirman la regla general.

Si queremos crear un espacio de mercado estable para los juegos de rol, un nicho que les asegure un futuro estable como opción de entretenimiento única, primero debemos ser conscientes de las circunstancias. Y la mejor manera de hacerlo es desde la perspectiva de la microedición, que no sólo atañe a la cantidad de libros que se imprimen/distribuyen sinó también a la tipología de equipos de trabajo: pequeños, expertos y motivados.

Si hay una oportunidad de éxito se deberá, sin duda, a la capacidad que tengan estas microeditoriales de proponer proyectos reales, viables; que sean capaces de extrapolar fórmulas de éxito que se aplican a otros mercados de ocio; que comprendan la enorme lucha que tienen que lidiar los JDR convencionales contra los productos sustititivos como pueden ser los videojuegos o los juegos de mesa, productos que por motivos evidentes sintonizan mucho más con la tendencia general del consumidor potencial.

Creo que sólo los que estén dispuestos a crear mecanismos que den una transcendencia real a las claves culturales, únicas e intrasferibles de los juegos de rol, pueden suponer una esperanza para el desarrollo comercial de este tipo de juegos. Estoy seguro de que cuando nos convenzamos nosotros mismos de todo esto lograremos convencer a los demás.

Imágenes del concierto de The Raveonettes

Las imágenes son muy malas, pero son del backstage del concierto que dieron el sábado 1 de mayo en Barcelona. Y eso no se puede decir cada día. Si antes de este concierto era fan de The Raveonettes ahora ya soy superfan. Un concierto estupendo en todos los sentidos. Me sorprendió que no recurrieran a sus temas más "pop" y que dieran esa caña que sólo ellos saben dar. Son muy grandes.